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Por Baltasar Bueno

La antigüedad del balbuciente romance valenciano data de los siglos IX y X. La dominación árabe, tan profunda en Valencia, produjo una ralentización en el proceso evolutivo de la lengua valenciana, que casi se estancó, por espacio de dos centurias, según estudios realizados por el catedrático de Filología el catedrático de la Universidad Complutense de Madrid, gallego, que lleva varios años investigando la lengua y literatura valencianas.

Basa esta hipótesis en las «jarchas» valencianas, que aún siendo pocas, son significativas, sobre todo si se tiene en cuenta que, hasta el momento, no se ha encontrado ninguna «jarcha» catalana. Las «jarchas» son cancioncillas eróticas, romances, anteriores a los poetas hispano-árabes, son previas a la dominación árabe de la península ibérica.

Cuenta el profeso Mourelle de Lema que son tres los autores que recogieron jarchas en Valencia. Ibn al-Labbana, de Denia, muerto en 1113; Ibn Labbun, magnate valenciano del siglo XI, señor de Murviedro, que tuvo relación con el Cid Campeador; e Ibn Ruhaim, del período almorávide de Bocairent, quien fue visir y almojarife de Sevilla.

De los tres se ha encontrado materiales, bellas moaxaja con jarchas árabes y jarchas romances, por lo general poemas amorosos, textos que avalan la creencia en la existencia de una lengua románica en Valencia en tiempos muy tempranos de Medievo.

Para el profesor Manuel Mourelle de Lema «no cabe minimizar el valor de las jarchas valenciana para probar la existencia del romance antes del siglo XII; si las jarchas, en efecto, que hicieron llegar hasta nosotros Ibn al-Labbana, Ibn Ruhaim e Ibn Labbun de Morvedre pertenecen a esos siglos, no es erróneo, sino científico, suponer una tradición de tales cancioncillas eróticas romances en tiempos anteriores al que vivieron los poetas hispano árabes mencionados».

Los catalanes no tenían lengua

Y prosigue: «incluso podría pensarse en su existencia en los siglos IX y X. En consecuencia, la antigüedad del balbuciente romance valenciano se retrasaría, milagrosamente, a estos siglos. Lo que si ocurrió fue que la dominación árabe, tan profunda en Valencia produjo una ralentización en el proceso evolutivo de esta lengua de Ausias March y de San Vicente Ferrer, que casi se estancó por espacio de dos centurias».

Para el catedrático Mourelle de Lema, «la lengua románica de Valencia se hablaba antes de la invasión almorávide -piénsese en las jarchas- y continuó durante ella y la almohade, así como después  de la Reconquista cristiana, desembocando en el habla medieval, la de los siglos XIII y XIV. Sobre ella fue muy escasa la incidencia de las hablas de los reconquistadores, ya que el aumento de la población de la población del Reino no llegó a un 5% con la inmigración foránea».

«Los catalanes no trajeron una lengua, puesto que no la tienen propia, el primer autor que ellos consideran suyo es el valenciano Arnau de Vilanova. Los catalanes hablaban occidental próximo a la lengua valenciana y el aragonés», explica Mourelle.

«Si nos fijamos en lo que ocurría en Cataluña observaremos que hasta Arnau de Vilanova (valenciano, 1238) y Raimundo Lulio (mallorquín, 1235)  no hay un solo autor que escriba en lo que pudiera denominarse catalán, es decir, no hay más que trovadores y éstos empleaban una lengua de origen galo».

Las Provincias (17/08/1992)